El Islam no es terrorismo, pero no basta sólo con decirlo

Han pasado tres semanas del atentado de Barcelona. El DAESH ha utilizado ese tiempo para preparar su siguiente matanza en Occidente y para seguir mantando aquí, en Oriente Próximo. Para evitarlo son necesarias las medidas de seguridad y la guerra que se libra contra ellos en varias partes del planeta, pero también la colboración activa de las comunidades musulmanas en Europa y Estados Unidos. La condena no es suficiente.

Una de las muchas muestras de duelo que inundaron las redes sociales tras el atentado de Barcelona.

Tras el atentado de Barcelona, al igual que después de los de Londres, Bruselas o París, los líderes de las comunidaes islámicas y algunos familiares de los terroristas se apresuraron a condenar las masacres cometidas por sus correligionarios en el nombre de sus creencias. Su posicionamiento les honra, pero deben hacer más. Entre otras cosas, para evitar una reacción xenófoba de los grupos radicales europeos, uno de los objetivos de los terroristas.

Mousa Oukabir, uno de los terroristas responsables del atentado de Barcelona. Su radicalización fue muy rápida igual que la de otros yihadistas que han atentado en Europa

Ha llegado el momento de que muestren su compromiso con las sociedades en las que ellos, libremente, aceptaron vivir mediante la colaboración con los Estados, que deben promover esa relación. El control del discurso del odio que se lanza en las mezquitas es imprescindible. En España hay unas 1300, de las que las fuerzas de seguridad creen que un centenar están vinculadas con el salafismo – una corriente radical del Islam que ni siquiera tiene cabida en la Gaza de la organización integrista palestina HAMAS, que no duda en reprimirlos a tiros cada vez que aparecen -. La Generalitat afirma que un tercio de las 256 mezquitas que hay en su territorio son salafistas. Es necesario controlar ese discurso radical para detectar el adoctrinamiento de posibles terroristas. ¿Tiene sentido que pongamos el grito en el cielo cada vez que un obispo retrógrado habla contra el progesismo social y no cuando un Imán llama a comenter atentados terroristas? No.

Las comunidades musulmanas también pueden jugar un papel importante en la detección de jóvenes que viajen a centros de entrenamiento de grupos terroristas en el extranjero o en la alerta sobre su regreso, aunque la mayoría de los que han atentado en el viejo continente eran indivíduos radicalizados en poco tiempo, no antiguos combatientes en Siria o Irak.

Portada del semanario satírico Charlie Ebdo, atacado por los yihadistas en 2015. El atentado que sufrió no ha impedido que la revista siga criticando duramente al radicalismo islámico

A nivel europeo se trata de una batalla en la que los países llevarán el peso principal, pero en la que la Unión Europea tiene una gran oportunidad. La UE debe dar un paso al frente y encabezar la lucha por las libertades y por de la seguridad de sus ciudadadanos, aunque ello implique medidas impopulares. Para ello deberá contar y acercarse a su población musulmana, pero siempre dentro de la legalidad vigente y del respeto a los principios y valores que han forjado su identidad propia. Unos valores que deben ser aceptados por todos aquellos, musulmanes o de cualquier otra religión, que pretendan formar parte de la Unión Europea y de las naciones que la conforman.

 

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