¿A LAS PUERTAS DE UNA NUEVA GUERRA EN GAZA?

Más de 100 palestinos muertos en las últimas semanas y la jornada de intercambio de fuego más intenso desde la guerra de 2014 no invitan al optimismo. Con tanta tensión, cualquier incidente puede desatar otro conflicto más.

El pasado día 14 de mayo casi 60 palestinos murieron y 2700 resultaron heridos -alrededor de 500 por munición real- por la actuación del ejército israelí durante las manifestaciones de protesta por el traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén. Fue la jornada con más fallecidos en mucho tiempo porque, ni siquiera en las guerras de 2008 y 2014 hubo tantas víctimas en tan sólo unas horas. Los hospitales de la franja quedaron colapsados y los ojos de la mayoría de la comunidad internacional se volvieron hacia Israel, al que muchos acusan de un uso desproporcionado de la fuerza contra la población civil. El gobierno israelí responsabilizó a la organización integrista Hamas, en el poder en la franja desde hace mas de una década, de lanzar a civiles desarmados contra los soldados, pero su actuación ha sido muy cuestionada. A todas luces, parece que ni el ejecutivo ni el ejército estaban preparados para hacer frente a una estrategia de confrontación no violenta o al menos, menos violenta, que la de los cohetes lanzados desde la franja y los túneles hacia territorio israelí. Algunos pronosticaron un cambio de estrategia debido a la gran repercusión internacional de lo sucedido y sobre todo, a la falta de éxito de la lucha armada y de los atentados terroristas por la que Hamas  había optado anteriormente. Sin embargo, no parece haber sido así.

El pasado martes, tras varios días de intercambio de fuego entre la Yihad Islámica, una organización pequeña pero muy combativa que en varias ocasiones a forzado a Hamas a optar por en enfrentamiento directo para no perder adeptos, se lanzaron más de 70 cohetes y casi 30

Uno de los heridos en las protestas en Gaza por el traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén en el Hospital de Shifa

proyectiles de mortero desde la franja, según el ejército israelí. Las brigadas de Al Quds y de Izedin al Qassam, los brazos armados de la Yihad y Hamas se responsabilizaron de los mismos  en respuesta -dijeron – a los ataques israelíes que habían acabado en jornadas anteriores con la vida de cuatro de sus miembros. Uno de aquellos proyectiles palestinos cayó en el patio de un jardín de infancia y la respuesta israelí llegó en forma de bombardeos sobre más de 60 objetivos de ambas organizaciones islamistas. No hubo muertos en ninguna de las partes pero la presión de los sectores más conservadores de la arena política israelí exigían al primer ministro, Netanyahu, una respuesta contundente. La posibilidad de una nueva guerra estaba sobre la mesa. Y los temores de que, como ocurrió en 2006, la milicia chií de Hezbola se sumara al conflicto desde el norte, también. De hecho, el ejército israelí tuvo que desmentirlo. Quién sabe, quizás el hecho de tener al Partido de Dios y a las tropas iraníes tan cerca de la frontera norte, en la vecina Siria, en esta ocasión, haya actuado como elemento estabilizador. Paradójico.

Con Nebal, nuestro cámara en Gaza, durante las protestas por el traslado de la embajada de Estados Unidos

Después de horas de enfrentamientos, durante los que Israel concentró gran número de tropas y blindados como el que se ve en el vídeo en la frontera con Gaza, la Yihad Islámica y Hamas declararon una tregua, arbitrada por los egipcios. Israel no la reconoció oficialmente, pero lo cierto es que el intercambio de cohetes y bombardeos cesó en la madrugada del miércoles. Los integristas habían lanzado su mensaje: a pesar de que existan otras formas de resistencia menos violentas, los cohetes siguen estando ahí y son una opción. Por otra parte, sobre todo Hamas necesitaba una muestra de fortaleza después del duro revés sufrido tras las protestas por el traslado de la embajada. Al menos 26 cargos de importancia de sus cuadros intermedios murieron en ellas y muchos resultaron heridos. El golpe fue de tal magnitud que, aunque la organización no desconvocó oficialmente las protestas para el día siguiente, en el que había llamado a una multitudinaria manifestación por la Nakba, las manifestaciones fueron casi inexistentes.

Junto a Juan Carlos Sanz de El Pais, a queien Israel sometió a un registro exhaustivo con un trato vejatorio e inaceptable minutos después de tomarnos esta foto, a la salida de la Franja.

Aunque Israel tampoco ha aceptado oficialmente el alto el fuego declarado por las dos organizaciones integristas, lo cierto es que sus bombardeos cesaron inmediatamente, lo que hace pensar que Netanyahu tampoco está interesado en agitar el avispero gazatí, al menos, de momento. La estadística dice que desde la retirada israelí de en 2005 la franja sufre una guerra o una operación de militar de importancia cada poco más de tres años aproximadamente. Eso quiere decir que estamos en tiempo de descuento y aunque la tensión se ha rebajado en los últimos días, la tremada volatilidad que atraviesa la zona hace que cualquier incidente en el que haya sangre pueda encender la mecha de un nuevo conflicto.

Los Civiles las víctimas de siempre en Gaza

Pimera Feria del libro de Madrid para La niña a las puertas del Infierno

TRUMP DINAMITA DÉCADAS DE POLÍTICA EXTERIOR

 

2 comentarios sobre “¿A LAS PUERTAS DE UNA NUEVA GUERRA EN GAZA?

Responder a Victoria Sánchez Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*